El último lote de la urbanización colindante a un bosque nativo componen esta vivienda, donde lo urbano se integra con lo natural.
El diseño de este proyecto buscaba cumplir con los requerimientos solicitados por los clientes, integrando el bosque como premisa fundamental, pero sin desconocer las otras visuales, y aprovechando las características del lote.
Una residencia con grandes ventanales, que permitan conectarse con el exterior y un ambiente recogido al interior a través de un articulador central verde que reforzara los conceptos de calidez y vida familiar.
El diseño se estructura a partir de dos volúmenes, uno social ubicado sobre la línea frontal del lote y un volumen posterior contra la línea de paramento del lote. Verticalmente, la casa aprovecha la pendiente topográfica, ubicando el acceso a la residencia, los parqueaderos y la oficina en el nivel inferior para desarrollar la zona social y de habitaciones en el segundo nivel.
En honor a Diego Maya.